jueves, 1 de septiembre de 2011

TRES POR MES


De todas las ideas que he tenido, esta es sin duda la más copiada, simple y poco ocurrente. Pero algo que creo que siempre tengo es capacidad de influenciar. Así que elegí compartirla con mis conocidos y amigos.

Los "limeños" vivimos adaptándonos y diría yo ya acostumbrados a observar pasivamente las carencias del resto. Nos acostumbramos al dolor de los demás, a la violencia que sufren los demás, a la pobreza que sufren los demás. Comentamos muy preocupados estos hechos, con empatía sincera. Sin embargo esta empatía sólo empuja a unos pocos a la acción. Estos pocos que si hacen algo, son los que yo reconozco como seres humanos bien desarrollados y con un excedente para dar.

Muy pocos de mis conocidos cercanos, y me incluyo, hemos tenido experiencia directa con esta realidad realmente dura. Cama húmeda todo el invierno, no tener techo, estar enfermo y saber que me voy a morir porque no tengo un mango, falta de extremidades, soledad absoluta, no poder darle algo de comer a mis hijos, arrastrarme por el piso todos los días como un trabajo a plazo fijo.

Esto no quita por supuesto el mérito de haber tenido que sobreponernos a nuestras propias angustias, dolores, enfermedades o miserias. Cuando tenemos excedente en la vida, muchas veces incluso tenemos angustias autogeneradas, por puro aburrimiento. Finalmente la felicidad o infelicidad está solo en nuestra mente y en la manera como entendemos lo que sucede a nuestro alrededor.

Esta idea empezó pensando en el tráfico, se llamaba originalmente tres al cubo, pero se me pasó. Y hoy andaba cómodamente y bien calientita en mi auto, con ropa hasta por demás, bien enjoyadita y perfumadita, camino a la oficina y tarde. Había dormido 12 horas anoche en una cama a todo meter, calientita también con doble almohada y doble manta. Abrí los ojos y encontré como por arte de magia mi juguito en la mesa de noche (gracias Pa). Ahh que rica es mi vida pensé y cuanto por agradecer.

Pero volviendo a la ruta. Pasaba y vi a un señor sentado en el piso, sin piernas que pide dinero. Es simpático, yo ya lo había saludado antes. Estaba solo con un polo amarillo jalándoselo hacia arriba, como para abrigar su cuello. Justo minutos antes un amable tipo me había regalado un diario nuevo que está circulando muy bueno y gratuito. Había aprovechado el semáforo para darle una mirada y decía: “debemos seguir cuidándonos del frio, seguirá durante septiembre”. Así que a pesar de que ya estaba en verde el semáforo y que todos los amables HDP me tocaron claxon, me acerque, me saque mi chalina calientita y perfumadita y se la dejé al señor. Yo estaba más feliz que él...me sentí TAAANNN buena, ni se imaginan. Y ahí es donde me di cuenta que siempre es uno más feliz cuando da que cuando recibe. SIEMPRE. Y ¿porque? ¿Porque es esto así? Porque el algún lugar de nuestro (pervertido por la sociedad) ser, somos seres humanos y los seres humanos tienen necesidad de vincularse, de cuidar, de proteger.

Así que pensé que sería una buena idea recordarles a mis amigos lo rico que se siente hacer cosas por lo demás. Pero no por los que nos caen bien o nos importan. Sino actos de verdad desinteresados de generosidad. NO TIENEN QUE SER GRANDES, puede incluso simplemente darle paso a un peatón que está pensando en su cabeza: "me hartan todos estos CSMs que no me dejan pasar"… y justo ahí puedes estar tu, lo dejas pasar y no solo le ayudas a llegar a su destino sano y salvo, sino que le ayudas a tener un estado mental mucho más positivo y sano, que ojalá y le permita tener excedente para hacer lo mismo por los demás.

El resultado si compartimos esta iniciativa no tengo que explicarlo. Si empezamos a implementar la buena práctica de hacer tres cosas buenas, generosas y desinteresadas por mes, los otros verán el efecto, verán que nosotros somos más felices y querrán hacerlo también. Así cada vez más personas incluirán están buenas prácticas en sus vidas y se generara más beneficio colectivo. Los que reciben ojala serán más felices también.

La idea es que el único que va a observarte y poner a prueba tu humanidad eres tú mismo. Nadie más. En esta pela no se muere ningún niño, por si les suena conocido, el único que se muere es el egoísta que vive en mí.



El símbolo de mi minicampaña: el Loto.
Representa renovación. Triunfo después de haber luchado incansablemente en contra del fracaso. Estas iniciativas siempre tienden a carecer de continuidad, pero yo estoy comprometida con la causa. Es fácil, es simple y es sostenible. Lo bueno de la idea es que es súper personal, nadie va a saber lo cada uno es capaz de dar o de hacer. Queda a criterio personal y es una oportunidad para poner a prueba su automotivación y su REAL aprecio por los demás. SIN FLOROS.
Puedes hacer lo que tú quieras, lo que para ti sea significativo. Desde dar pase a una persona, regalar algo que no usas, saludar al vigilante del edificio donde trabajas, donar la mitad de tus cosas o el 10% de tu salario. Lo que te salga mas natural o te inspire, lo que más te cueste, lo que más fácil te parezca. LO QUE TU QUIERAS, PERO TRES AL MES.

Apoya esta campaña personal (de ti contigo), porque no es tan difícil, a ver si nos engordamos de excedente para dar.

Películas recomendadas para reforzar: Hacia Rutas Salvajes, En busca de la Felicidad, Cadena de Favores, Un cuento chino.